lunes, 29 de mayo de 2017

La Capilla de Notre Dame du Haut, en Ronchamp

Un placer y una maravilla esta entrada que se la debemos a Mi Molesnike Arquitectónico
La primera parte del artículo sobre la afamada obra del maestro Le Corbusier, la capilla de Notre-Du-Haut, fue básicamente dedicada a enmarcar su contexto, tanto en la importancia de su emplazamiento en el paisaje de Ronchamp como los antecedentes históricos que llevaron a Le Corbusier a aceptar el encargo.
La presente entrada está dedicada a las características arquitectónicas del edificio en sí, así como algunas notas sobre su proceso constructivo.

CARACTERÍSTICAS ARQUITECTÓNICAS DE LA CAPILLA

Puede resultar paradójico que la obra más conocida de Le Corbusier se aleje de su tradicional discurso racionalista (de la misma forma como la obra más conocida de Frank L. Wright, la Casa de la Cascada, parece alejarse de sus principios organicistas). Sin embargo, la obra refleja algunos principios de la arquitectura moderna, como su austeridad, su apertura a la comunidad y su concepción como un elemento que contrasta en el paisaje, si bien se origina en él.



La capilla debe su forma a la configuración del terreno y su relación con el paisaje. Cada una de sus fachadas responde a diferentes actitudes: bienvenida, celebración, servicio, simbolismo. El techo dramatiza el carácter escultórico y el poder y maleabilidad del concreto para componer volúmenes orgánicos. Todos estos elementos confluyen para generar un espacio interior místico y dramático, en el cual la luz es protagonista.

Plantas y cortes esquemáticos. Modelo en 3D cortesía de Villa

LAS FACHADAS

El genio de Le Corbusier radica en lograr que el visitante tenga siempre una percepción distinta del edificio desde cualquier ángulo que lo vea, y al mismo tiempo mantener armonía, dinamismo y coherencia entre ellas. Esta particularidad fuerza a que el visitante tenga que circundar toda la obra para comprenderla, añadiendo una cuarta dimensión a la composición arquitectónica: el recorrido.


La Fachada sur


El muro cóncavo recibe al visitante que asciende por el sendero. Su sección triangular de ancha base parece ser una continuación de la colina, que asciende hasta sostener el techo.
El muro sur es bastante ancho en la proximidad del acceso (3.7 m), pero se adelgaza y gana altura en el otro extremo (1.7 m).



El muro evidencia su espesor al ser perforado por un patrón de ventanas rectangulares de distinto tamaño y orientación, cuyo aparente desorden será utilizado para crear un efecto lumínico al interior, como veremos más adelante.


El ingreso se halla flanqueado por un elemento vertical y cilíndrico, una de las tres capillas menores con las que cuenta la capilla. También se jerarquiza el acceso adoptando el color del concreto y separándolo de la pared blanca y curva.



La puerta en sí cuenta con un arte realizado por el propio Le Corbusier, a la usanza de otras de sus obras, como la Asamblea de Chandigarh, por ejemplo. Sin embargo, desde hace años esta puerta está clausurada, y el ingreso a la capilla se da por la puerta posterior.


Otros elementos en el acceso son dos bloques pequeños de concreto visto que configuran un marco virtual a la puerta.


Fachada este

Enfrentando una gran explanada para los fieles, esta fachada también cóncava acoge una pequeña capilla exterior.


Es aquí donde se puede apreciar la potencia del volumen del techo, que sobresale sobre la capilla.
Además del techo, la capilla es enmarcada por el muro sur y por un volumen semicircular, que juntos conforma una especie de "cueva" que subraya el carácter receptivo que se quiso dar en esta zona, o de "proscenio" que enfatiza su vocación de punto focal en el paisaje.

La pared es perforada por unas diminutas fenestraciones cuadradas y en el medio se inserta una urna con una imagen de la Virgen.


Complementan la composición elementos de concreto visto, como la mesa y el púlpito, y una sencilla cruz de metal.


Fachada norte

La fachada norte agrupa las funciones de servicio: una entrada secundaria y unas escaleras. Ese carácter más privado se caracteriza por su forma convexa. Frente a ella hay un espacio que es delimitado por unos árboles, donde originalmente se ubicaba una torre campanario que no se construyó.



Los elementos más llamativos de la fachada son las dos capillas que flanquean el ingreso secundario: ambas dispuestas simétricamente en torno al eje de la puerta. Sin embargo, no es un impacto abrupto, ya que por su forma invitan al acceso al interior.


Fachada oeste

Es la única fachada ciega, cuyo trazo convexo vincula la fachada principal con la posterior, y donde el arquitecto muestra la naturaleza de las capillas, unas torres semicilíndricas a las que se ha practicado una abertura lateral. La verticalidad de las mismas es un contrapunto al carácter horizontal de la edificación.
En el centro de la pared se ubica una gárgola, que recoge el agua de lluvia y la deriva a una fuente escultórica de concreto visto que se encuentra frente a ella.



EL TECHO


"Encima del tablero de dibujo tengo el caparazón de un cangrejo que recogí en Long Island, cerca de Nueva York. Será la cubierta de la capilla: dos membranas de hormigón de 5 cm. de espesor y separaciones de 2.26 m. El Caparazón descansará sobre paredes de piedra recuperada".

Un detalle que no me había percatado hasta la visita fue el hecho de que el techo está separado de las paredes por una fina ranura. Este hecho, que es más evidente desde el interior, y evidencia el interés del arquitecto por sugerir liviandad en la cobertura, a pesar de su masividad. El techo se apoya en unas columnas ocultas en los muros, que no son portantes.



"El cascarón ha sido colocado sobre las paredes que son absurdamente pero prácticamente gruesas. Dentro de ellas hay columnas de concreto reforzado. La caparazón descansará en estas columnas pero no tocará la pared. Una ranura horizontal de 10 cm de ancho asombrará"
Le Corbusier.

Foto cortesía de Pieter Morlion
INTERIOR

El protagonista del interior es, sin lugar a dudas, la luz. Pero, a diferencia de lo que me había imaginado, el interior no es plenamente iluminado, como lo es, por ejemplo, la Iglesia del Jubileo de Richard Meier. Por el contrario, es más bien una iglesia oscura, como lo son algunas iglesias góticas, lo que resalta más el dramatismo de la luz, hábilmente resuleta en distintas formas para enfatizar la naturaleza sacra del espacio.


El efecto más impresionante proviene del muro sur, aquél que goza de mayor incidencia solar en donde la luz penetra por las pequeñas aberturas de vidrios de colores. La forma de las ventanas en el muro grueso, cuyos cortes se ensanchan oblicuamente como un bisel, permiten que la luz se difumine suavemente al interior.



En contraste, el muro este, donde está el altar, tiene una pequeñas perforaciones que desde el interior semejan estrellas. En el borde de las paredes destaca la separación con el techo, demarcado por una línea de luz.


Otra fuente de luz indirecta son las capillas. La luz ingresa lateralmente y se difunde a través de la superficie rugosa de las paredes curvas. El tipo de luz aunado a la verticalidad del espacio transmiten un carácter de alteza, elevación y sublimidad, un recurso que ha sido utilizado desde entonces por muchos arquitectos, como Kenzo Tange en su Catedral de Tokio, por ejemplo.


Foto cortesía de ilgattodiviadeimacci

La exquisitez en la concepción lumínica interior es enfatizada por la sencillez y austeridad del mobiliario interior. El piso es de concreto visto y se halla inclinado ligeramente hacia el altar. Las bancas se disponen en ángulo en dirección opuesta al altar, intuyo que para reforzarlo como punto focal en el espacio.



CONSTRUCCIÓN


"La construcción del muro se realizó sobre la base de columnas angulares "El arriostramiento lateral se observa en la sección de los elementos interiores que representan el trazo continuo y los los exteriores, discontinuo".


"En los bocetos preliminares de Le Corbusier se aprecia cómo la cubierta se ideó como armaduras de sustentación dispuestas en dirección norte/sur y apoyadas en muros correspondientes a estas orientaciones, que se levantaban de piedra. La rigidez innecesaria corría a cargo de la forma de las capillas y de la irregularidad del muro septentrional. El muro sur es de hormigón armado." G. Baker.





DETALLES





"La capilla es un enunciado de contrastes, contrastes formales en alusión a un cúmulo de remisiones respecto a circunstancias vitales. Las figuras son vigorosas y serenas: los muros encierran fragmentos de espacio interior, pero también permiten en otros puntos que se extienda; coexisten la estabilidad y la tensión, la inquietud y el reposo: la iluminación es directa e indirecta, misteriosa y resplandeciente, en ocasiones variable, en otras no.

Foto cortesía de ricardo avella

Las formas son elementos continuos que se interrumpen en incisiones precisas; en respuesta al programa de necesidades externas e internas, la capilla es extrovertida e introvertida. Nada explicita la complejidad de una exposición que se contempla en la misma variedad de iluminación y figuras que inducen los contornos de los huecos repartidos en el muro sur. Este "penetrable" muro, en el interior, se convierte en un sinfín de luminosas figuras centellantes, contrapuestas a la presión del mismo, aparentemente suspendido en el aire por efecto de su separación y elevación respecto al mismo. La pared interior inclinada se opone también a su cara exterior con aspecto de castillo y apariencia maciza.
La capilla caracteriza en muchos sentidos la madurez de la obra de Le Corbusier... El significado... no es la transcripción explícita y literal de la edad de la máquina, es una declaración de interpretaciones alegóricas de la naturaleza que, por reducción, interpreta, a su vez la propia existencia."
Geoffrey Baker.

VER TAMBIÉN
OTRAS OBRAS DE LE CORBUSIER


-“Al margen de la pura teoría ¿qué se siente dentro y fuera de ese espacio?” me preguntó un buen amigo.
-“En una palabra: POESÍA”

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