miércoles, 31 de mayo de 2017

La Casa de la Cascada

Artículo tomado de :
FALLINGWATER. FRANK L. WRIGHT
ENGLISH SUMMARY FOLLOWS SPANISH

Hablar del trinomio paisaje, agua y arquitectura evoca necesariamente a la Casa de la Cascada o Fallingwater, la casa que Frank Lloyd Wright diseñara para el comerciante y filántropo Edgar J. Kaufmann y su esposa Liliane en 1935, en Pennsylvania, Estados Unidos. A más de 70 años después de haber sido construída, Fallingwater es sin duda el mejor ejemplo de la arquitectura estadounidense y sigue impresionando por su composición espacial, por el innovador uso de su materiales y sobre todo por su perfecta integración al paisaje circundante. Fallingwater, la residencia privada más famosa del siglo XX, logra armonizarse con su entorno natural proponiendo una sucesión de volúmenes puristas que dan la impresión de levitar sobre el agua. Como dijera Franklin Toker en su fascinante Fallingwater Rising, "Visitar la Casa de la cascada tiene poco que ver con arquitectura o ingeniería: la calidad que percibimos aquí es esencialmente espiritual."

Foto Cortesía del Conservatiorio de Pennsylvania del Oeste (WPC)

La casa, construida entre 1935 a 1937, no sólo devolvió fama mundial a un sexagenario y casi olvidado Wright (tenía 67 años y hacía una década no tenía un encargo importante) sino que a la vez permitió al mercader judío E.J. Kaufmann ganarse el respeto de la prejuiciosa y antisemita sociedad de Pittsburgh en los años 30. Edgar Kaufmann hijo también tendría un papel importante en la fomentar la relación de su padre con el arquitecto, aunque su protagonismo ha sido cuestionado por investigadores como Toker. Lo que no se le puede negar es su desprendimiento, ya que gracias a Edgar Kaufmann hijo la Casa de la Cascada pudo conservar intacta su arquitectura, su mobiliario y tapicería (también diseñados por Wright específicamente para la casa), su fina colección de arte, y el entorno natural que los Kaufmann tuvieron a bien recuperar y proteger. Gracias a él la casa está hoy abierta al público.

E.J. Kaufmann y Wright en el Taliesin (Foto cortesía de WPC)

La casa se ubica apostada sobre el Arroyo del Oso (Bear Run) que en su corta trayectoria describe una U antes de desembocar en el río Youghiogheny, en una zona boscosa cerca de Ohiopyle, antiguamente deteriorada por actividad minera. Luego de ser adquirida por los Kaufmanns, el área fue ecológicamente recuperada y paisajísticamente mejorada.


A la izquierda abajo, Fallingwater. Arriba, río Youghiogheny (Foto Thomas Heinz, cortesía WPC)

Analizando el sitio Wright observó que no son una sino dos cascadas que cortan el sentido de la corriente en diagonales opuestas. De la misma forma estableció sus volúmenes rotando la dirección de sus voladizos 90 grados y logrando un escalonamiento progresivo de los volúmenes horizontales, que parecen flotar libremente sostenidos por la rígida pureza del volumen vertical de la chimenea que los sostiene.


Nueve meses transcurrieron desde la primera vez que Wright viera el terreno hasta que plasmara que el proyecto viera la luz en un plano. Durante ese tiempo, se han documentado por los menos 3 visitas de Wright a Bear Run, en las que el maestro concibiera el edificio en su cabeza. Ni una sola línea fue dibujada en ese tiempo, ya que Wright solía decir "Concibe el edificio en la imaginación, no en el papel sino en la mente... Déjalo vivir allí-tomando forma defeinitiva gradualmente antes de comprometerse con el tablero de dibujo. Cueando aquella cosa viva para tí, comienza a planearlo con herramientas. No antes...". Así pues, nueve meses estuvo Fallingwater en la cabeza de Wright, y luego fue dibujada en tan sólo 140 minutos. Durante ese lapso, muchos elementos hubieron de confluir en la mente de Wright para producir un resultado tan peculiar: desde sus trabajos previos en la Casa Robie, la Casa Gale o el Taliesin hasta la propia influencia de los arquitectos europeos. Desde las formas suavizadas y terrosas de San Ildefonso Pueblo que le fascinaban, hasta los dibujos japoneses de cascadas que coleccionaba producto de su viaje a Japón .

Vista de la cascada Ono, por Hokusai. Fuente, F. Toker

BASAMENTOS
Wright basó su composición en el arreglo de volúmenes horizontales y verticales dispuestos dinámicamente. Para lograr una sensación de ligereza, dispuso las terrazas en voladizo, apoyadas sobre macizos soportes de sección trapezoidal empotrados en la roca. Wright asoció este concepto estructural a la forma cómo un mesero carga una bandeja sobre sus dedos.

Vista de los soportes. Imagen Carlos Zeballos
Imagen de los soportes y la escalera hacia el Arroyo del Oso (Foto cortesía de WPC)

Sobre los soportes, dispuso unas vigas de concreto armado en el piso de aproximadamente un metro de ancho, las que, junto a unas viguetas transversales formaron una parrilla sobre la que se sotiene la terraza en voladizo. Al parecer E.J. Kaufmann desconfió del cálculo estructural de Wright y secretamente aumentó acero en la estructura, lo que motivó la ira del arquitecto quien le recriminó su falta de confianza. Sin embargo, Wright se equivocó en el cálculo estructural. Gracias a ese acero extra los voladizos no colapsaron, sin embargo ya en los años 90 se observaba una deflexión de hasta 20 cm. Trabajos de postensado en el 2001 lograron estabilizar la estructura, pero costaron 11,5 millones de dólares, unas 100 veces el costo original de la casa.

Parrilla estructural. Imagen Carlos Zeballos
PRIMER NIVEL

Lo primero que llama la atención de la casa de la cascada es su ausencia de un "gran ingreso" como era costumbre en la residencias de la época. Por el contrario, la puerta principal se encuentra cuasi escondida en la parte posterior de la casa. Al ingresar, los bajos techos, las grandes ventanas y la ausencia de paredes al interior de la sala conducen la vista hacia el paisaje. El sonido de la cascada es omnipresente aunque la misma es invisible al interior de la casa. El piso de piedra y el enchapado pétreo de la chimenea se fusiona con la roca viva en la que la construcción está inserta. El diseño interior parece salir de la propia casa y la colección de arte, preferentemente basada en arte asiático y latinoamericano, coadyuva en otorgarle un aire de misterio al interior.

Primer nivel (cortesía de WPC)
Primer nivel. Imagen Carlos Zeballos

Interior de la sala primer nivel (cortesía de WPC)
SEGUNDO NIVEL

Un amplia terraza se extiende frente al dormitorio de los Kaufmann, visualmente integrado al paisaje. Algo que llamó mucho mi atención es que el servicio higiénico también posee grandes ventanas hacia el exterior, a diferencia del típico baño que es un cubículo cerrado. No se puede negar que E.J. tenía estilo hasta para ir al baño... A diferencia del servicio higiénico, el cuarto de baño se ubica en una parte más interna. El vestidor es un volumen más opaco, al que Wright aplicó una ventana vertical que recorre los tres niveles.

Segundo nivel (cortesía de WPC)


Segundo nivel. Imagen Carlos ZeballosDormitorio principal. Foto cortesía R.Bean

TERCER NIVEL

Mucho más pequeño es el tercer nivel, que alberga las habitaciones de Edgar Kaufmann hijo. Estas son básicamente un pequeño espacio para la cama al lado de la terraza, también ampliamente iluminada por ventanales (las ventanas no tienen marco en la esquina, lo que le da una transparencia notable para la época) y el estudio, al que finalmente Edgar se mudó ya que su "dormitorio" era muy pequeño. Hay también una conexión entre ambas terrazas, aunque probablemente haya sido poco usada.

Tercer nivel (cortesía de WPC)Tercer nivel. Imagen Carlos ZeballosDormitorio de E. Kauffman Jr. Foto cortesía R.Bean
LA CASA DE HUÉSPEDES
Luego de inaugurada Fallingwater, quedo claro que la habitación de Huéspedes en el segundo nivel sería insuficiente para los frecuentes visitantes a la casa, por lo se encomendó a Wright una casa para huéspedes, un poco más arriba que la casa principal. Ésta se halla conectada por una escalinata semicircular cuyo techo (apoyado en tubos de metal en un solo lado para reforzar su carácter etéreo) se pliega conforme se va ascendiendo en el terreno.
Acceso a la casa de huéspedes. Foto cortesía R.Bean
La casa de visitas mantiene el estilo de la casa principal, cuenta también con magníficas visitas y con una piscina propia.
Casa de huéspedes (cortesía de WPC)

Más de 2 millones de visitantes han peregrinado hasta la casa Casa de la Cascada en este escondido paraje norteamericano. El conocido actor y aficionado a la arquitectura Brad Pitt recientemente comentó: "Yo tenía un sentido visual de La Casa de La cascada, pero experimentarla en persona, escuchar el sonido de la cascada discurriendo bajo la casa y el aroma de la madera en la chimenea, fué mejor que nada que yo hubiera podido imaginar...". Bueno, aún no se puede reproducir el aroma de la madera en la chimenea, pero esta animación hecha por la gente de Digital Urban, da una aproximación muy impresionante de la casa y su entorno.



El contextualismo de la casa con su paisaje, utilizando un lenguaje arquitectónico modernista, la rica articulación táctil del las superficies interiores en concordancia con el dramatismo volumétrico exterior, la sutil integración de su mobiliario y su patrimonio artístico hacen de la Casa de la Cascada la obra arquitectónica más importante en EEUU. cuyas referencias continúan hasta hoy. Parafraseando otra vez a Toker, "Nunca hubo una casa como Fallingwater. Nunca más la habrá".

Para saber más puedes entrar en la página oficial

lunes, 29 de mayo de 2017

La Capilla de Notre Dame du Haut, en Ronchamp

Un placer y una maravilla esta entrada que se la debemos a Mi Molesnike Arquitectónico
La primera parte del artículo sobre la afamada obra del maestro Le Corbusier, la capilla de Notre-Du-Haut, fue básicamente dedicada a enmarcar su contexto, tanto en la importancia de su emplazamiento en el paisaje de Ronchamp como los antecedentes históricos que llevaron a Le Corbusier a aceptar el encargo.
La presente entrada está dedicada a las características arquitectónicas del edificio en sí, así como algunas notas sobre su proceso constructivo.

CARACTERÍSTICAS ARQUITECTÓNICAS DE LA CAPILLA

Puede resultar paradójico que la obra más conocida de Le Corbusier se aleje de su tradicional discurso racionalista (de la misma forma como la obra más conocida de Frank L. Wright, la Casa de la Cascada, parece alejarse de sus principios organicistas). Sin embargo, la obra refleja algunos principios de la arquitectura moderna, como su austeridad, su apertura a la comunidad y su concepción como un elemento que contrasta en el paisaje, si bien se origina en él.



La capilla debe su forma a la configuración del terreno y su relación con el paisaje. Cada una de sus fachadas responde a diferentes actitudes: bienvenida, celebración, servicio, simbolismo. El techo dramatiza el carácter escultórico y el poder y maleabilidad del concreto para componer volúmenes orgánicos. Todos estos elementos confluyen para generar un espacio interior místico y dramático, en el cual la luz es protagonista.

Plantas y cortes esquemáticos. Modelo en 3D cortesía de Villa

LAS FACHADAS

El genio de Le Corbusier radica en lograr que el visitante tenga siempre una percepción distinta del edificio desde cualquier ángulo que lo vea, y al mismo tiempo mantener armonía, dinamismo y coherencia entre ellas. Esta particularidad fuerza a que el visitante tenga que circundar toda la obra para comprenderla, añadiendo una cuarta dimensión a la composición arquitectónica: el recorrido.


La Fachada sur


El muro cóncavo recibe al visitante que asciende por el sendero. Su sección triangular de ancha base parece ser una continuación de la colina, que asciende hasta sostener el techo.
El muro sur es bastante ancho en la proximidad del acceso (3.7 m), pero se adelgaza y gana altura en el otro extremo (1.7 m).



El muro evidencia su espesor al ser perforado por un patrón de ventanas rectangulares de distinto tamaño y orientación, cuyo aparente desorden será utilizado para crear un efecto lumínico al interior, como veremos más adelante.


El ingreso se halla flanqueado por un elemento vertical y cilíndrico, una de las tres capillas menores con las que cuenta la capilla. También se jerarquiza el acceso adoptando el color del concreto y separándolo de la pared blanca y curva.



La puerta en sí cuenta con un arte realizado por el propio Le Corbusier, a la usanza de otras de sus obras, como la Asamblea de Chandigarh, por ejemplo. Sin embargo, desde hace años esta puerta está clausurada, y el ingreso a la capilla se da por la puerta posterior.


Otros elementos en el acceso son dos bloques pequeños de concreto visto que configuran un marco virtual a la puerta.


Fachada este

Enfrentando una gran explanada para los fieles, esta fachada también cóncava acoge una pequeña capilla exterior.


Es aquí donde se puede apreciar la potencia del volumen del techo, que sobresale sobre la capilla.
Además del techo, la capilla es enmarcada por el muro sur y por un volumen semicircular, que juntos conforma una especie de "cueva" que subraya el carácter receptivo que se quiso dar en esta zona, o de "proscenio" que enfatiza su vocación de punto focal en el paisaje.

La pared es perforada por unas diminutas fenestraciones cuadradas y en el medio se inserta una urna con una imagen de la Virgen.


Complementan la composición elementos de concreto visto, como la mesa y el púlpito, y una sencilla cruz de metal.


Fachada norte

La fachada norte agrupa las funciones de servicio: una entrada secundaria y unas escaleras. Ese carácter más privado se caracteriza por su forma convexa. Frente a ella hay un espacio que es delimitado por unos árboles, donde originalmente se ubicaba una torre campanario que no se construyó.



Los elementos más llamativos de la fachada son las dos capillas que flanquean el ingreso secundario: ambas dispuestas simétricamente en torno al eje de la puerta. Sin embargo, no es un impacto abrupto, ya que por su forma invitan al acceso al interior.


Fachada oeste

Es la única fachada ciega, cuyo trazo convexo vincula la fachada principal con la posterior, y donde el arquitecto muestra la naturaleza de las capillas, unas torres semicilíndricas a las que se ha practicado una abertura lateral. La verticalidad de las mismas es un contrapunto al carácter horizontal de la edificación.
En el centro de la pared se ubica una gárgola, que recoge el agua de lluvia y la deriva a una fuente escultórica de concreto visto que se encuentra frente a ella.



EL TECHO


"Encima del tablero de dibujo tengo el caparazón de un cangrejo que recogí en Long Island, cerca de Nueva York. Será la cubierta de la capilla: dos membranas de hormigón de 5 cm. de espesor y separaciones de 2.26 m. El Caparazón descansará sobre paredes de piedra recuperada".

Un detalle que no me había percatado hasta la visita fue el hecho de que el techo está separado de las paredes por una fina ranura. Este hecho, que es más evidente desde el interior, y evidencia el interés del arquitecto por sugerir liviandad en la cobertura, a pesar de su masividad. El techo se apoya en unas columnas ocultas en los muros, que no son portantes.



"El cascarón ha sido colocado sobre las paredes que son absurdamente pero prácticamente gruesas. Dentro de ellas hay columnas de concreto reforzado. La caparazón descansará en estas columnas pero no tocará la pared. Una ranura horizontal de 10 cm de ancho asombrará"
Le Corbusier.

Foto cortesía de Pieter Morlion
INTERIOR

El protagonista del interior es, sin lugar a dudas, la luz. Pero, a diferencia de lo que me había imaginado, el interior no es plenamente iluminado, como lo es, por ejemplo, la Iglesia del Jubileo de Richard Meier. Por el contrario, es más bien una iglesia oscura, como lo son algunas iglesias góticas, lo que resalta más el dramatismo de la luz, hábilmente resuleta en distintas formas para enfatizar la naturaleza sacra del espacio.


El efecto más impresionante proviene del muro sur, aquél que goza de mayor incidencia solar en donde la luz penetra por las pequeñas aberturas de vidrios de colores. La forma de las ventanas en el muro grueso, cuyos cortes se ensanchan oblicuamente como un bisel, permiten que la luz se difumine suavemente al interior.



En contraste, el muro este, donde está el altar, tiene una pequeñas perforaciones que desde el interior semejan estrellas. En el borde de las paredes destaca la separación con el techo, demarcado por una línea de luz.


Otra fuente de luz indirecta son las capillas. La luz ingresa lateralmente y se difunde a través de la superficie rugosa de las paredes curvas. El tipo de luz aunado a la verticalidad del espacio transmiten un carácter de alteza, elevación y sublimidad, un recurso que ha sido utilizado desde entonces por muchos arquitectos, como Kenzo Tange en su Catedral de Tokio, por ejemplo.


Foto cortesía de ilgattodiviadeimacci

La exquisitez en la concepción lumínica interior es enfatizada por la sencillez y austeridad del mobiliario interior. El piso es de concreto visto y se halla inclinado ligeramente hacia el altar. Las bancas se disponen en ángulo en dirección opuesta al altar, intuyo que para reforzarlo como punto focal en el espacio.



CONSTRUCCIÓN


"La construcción del muro se realizó sobre la base de columnas angulares "El arriostramiento lateral se observa en la sección de los elementos interiores que representan el trazo continuo y los los exteriores, discontinuo".


"En los bocetos preliminares de Le Corbusier se aprecia cómo la cubierta se ideó como armaduras de sustentación dispuestas en dirección norte/sur y apoyadas en muros correspondientes a estas orientaciones, que se levantaban de piedra. La rigidez innecesaria corría a cargo de la forma de las capillas y de la irregularidad del muro septentrional. El muro sur es de hormigón armado." G. Baker.





DETALLES





"La capilla es un enunciado de contrastes, contrastes formales en alusión a un cúmulo de remisiones respecto a circunstancias vitales. Las figuras son vigorosas y serenas: los muros encierran fragmentos de espacio interior, pero también permiten en otros puntos que se extienda; coexisten la estabilidad y la tensión, la inquietud y el reposo: la iluminación es directa e indirecta, misteriosa y resplandeciente, en ocasiones variable, en otras no.

Foto cortesía de ricardo avella

Las formas son elementos continuos que se interrumpen en incisiones precisas; en respuesta al programa de necesidades externas e internas, la capilla es extrovertida e introvertida. Nada explicita la complejidad de una exposición que se contempla en la misma variedad de iluminación y figuras que inducen los contornos de los huecos repartidos en el muro sur. Este "penetrable" muro, en el interior, se convierte en un sinfín de luminosas figuras centellantes, contrapuestas a la presión del mismo, aparentemente suspendido en el aire por efecto de su separación y elevación respecto al mismo. La pared interior inclinada se opone también a su cara exterior con aspecto de castillo y apariencia maciza.
La capilla caracteriza en muchos sentidos la madurez de la obra de Le Corbusier... El significado... no es la transcripción explícita y literal de la edad de la máquina, es una declaración de interpretaciones alegóricas de la naturaleza que, por reducción, interpreta, a su vez la propia existencia."
Geoffrey Baker.

VER TAMBIÉN
OTRAS OBRAS DE LE CORBUSIER


-“Al margen de la pura teoría ¿qué se siente dentro y fuera de ese espacio?” me preguntó un buen amigo.
-“En una palabra: POESÍA”
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