En Ronchamp, Franco Condado, se encontraba una iglesia vinculada desde el medievo a las peregrinaciones. Quedó destruida en buena parte durante la Segunda Guerra Mundial, por los bombardeos de 1944. Curiosamente, la comisión que organizó la recuperación del lugar llamó a un arquitecto ateo, hijo de madre protestante, para que levantara la nueva iglesia. Él dijo que no.
Ante la insistencia de diversos estamentos, visitó el lugar y le encantó el paisaje abierto a todos los horizontes. Entonces decidió emprender la obra. Cinco años más tarde se inauguraría lo que el definió como lugar de silencio, plegaria y alegría interior
Cemento armado blanco coronado por un techo ondulado de volumen desmesurado. Líneas ondulantes, curvas, puras y planos inclinados. Libertad plástica para dominar, desde la armonía, un entorno ligado a la historia y a lo sagrado.
La Capilla Notre Dame du Haut de Ronchamp se levanta sobre la llanura del Saona. No parece un elemento pesado, sino una construcción ligera. Las ventanas se esparcen de manera libre, para lograra los niveles de luz que el arquitecto eligió. Lo que más le costó fue la ubicación de la cruz y su relación con el altar.
El espacio interior es una nave oblonga con un altar central y tres capillas bajo las torres, Por las tres torres se recibe la luz que ilumina los altares. El lugar tiene una buena acustica. ( Tomada de ....)
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